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Lo primero, la montaña

Aguja Gómez Laguna (Riglos): reseña y croquis


Homenaje a Luis Gómez Laguna 20oct1957
El Gómez Laguna -que no sé muy bien si hay que denominarlo mallo, aguja o monolito, como le denominaron los primeros ascensionistas- se puede enmarcar dentro de los mallos olvidados. Tristemente famoso por el oportunista homenaje oficial y toponímico que el ayuntamiento de Riglos ofreció a don Luis Gómez Laguna cuando llegó a la alcaldía de Zaragoza esta aguja, que vista de perfil parece que se echa hacia atrás ante la presencia de la Aguja Roja, no ha vuelto a vivir la abundancia de cordadas que en tiempos recorrían sus paredes. Es curiosísimo que, a pesar de que su aproximación es exactamente la misma que para la archivisitada Normal de la Aguja Roja, pocas cordadas se atrevan a intentar su escalada. La falta de datos sobre este mallo -algo que se ha hecho desgraciadamente indispensable en nuestros días- y el terrible aspecto desde la cara norte de la Aguja Roja lo han condenado injustamente al ostracismo en la comunidad escaladora.


Los primeros años de escalada en el Gómez Laguna, que hasta su primera ascensión fue conocido como "el pimiento", fueron una concatenación de "primeras" favorecidas por su abundancia de fáciles cornisas, que permitían cierta libertad a la hora de elegir el itinerario, y su cómodo acceso por la cara norte desde el Hijo. De esta manera, en los 10 años que siguen a su conquista, se registran hasta 7 variantes (y variantes de variantes) para acceder a su cima a la que, curiosamente, sólo llega un largo, es decir, todas las vías de este mallo convergen en una única tirada final.



En el puente de roca
Primera ascensión al monolito "Gómez Laguna"
Montañeros de Aragón. Riglos 6-Oct-1947

Se comenzó la escalada a las 9 de la mañana con tiempo bueno pero con aire huracanado.
Su ascensión empieza por una chimenea de unos 20m. de altura. A continuación por medio de una doble cuerda se salva una pared vertical completamente de unos 12m. hasta llegar a una repisa muy [ilegible] en donde hay que hacer un paso horizontal (hacia la derecha) por donde se coge una chimenea que conduce hasta otro rellano. Desde entonces se vuelve a coger la pared por la parte que está enfrente a la "Aguja Roja" continuando así hasta la cima a la que llegamos a las 6'30 de la tarde, empezando el descenso a las 7 después de dejar el buzón debajo de la piedra grande que se encuentra en la cima, haciendo los rappels de repisa en repisa ya completamente de noche terminando el descenso a las 9 de la noche.
Está 1ª ascensión al monolito "Gómez Laguna" la dedicamos:
Ángel Serón a Goyita Monje

Antonio Ansón a la srta. Mª de las Nieves Ubide Sánchez
Francisco Fau Campmany a la simpática y bonita Marujita Asún de Riglos
 
Vía Normal. Ficha técnica:
Largo 1: Ascender al puente de roca que une el Gómez Laguna con la Aguja Roja desde la canal oeste, una especie de diedro tumbado que no llega a ser chimenea, de escalada muy fácil pero desequipado, a excepción de un par de puentes de roca. Reunión en dos viejísimos buriles situados encima en la pared del Gómez Laguna, ya encima del puente de roca. III+, 25 metros. Una manera más común de llegar al puente de roca es utilizar la entrada directa, que es el mismo recorrido que se hace actualmente para la Normal de la Aguja Roja.
Primeros largos Gómez Laguna
Largo 2: Bonito muro equipado con clavos y parabolts (6a/ Ae) que nos deja en una fácil y larga cornisa que se recorre hacia su derecha hasta el final, ya en la cara este, donde encontramos una reunión con dos paraboles (chapas sin argolla). 6a/Ae, 30 metros. Hasta aquí, en tiempos, se podía llegar por otra variante que llegaba directa desde el suelo, pero la descomposición de la roca y la gran cantidad de vegetación que se encuentra en la base en la actualidad, no hace recomendable su escalada.
Reunión intermedia 3er largo de la Normal
Largo 3: Remontar el diedro que forma el muro con la entosta de la derecha hasta situarnos encima de dicha entosta, donde existe una vieja reunión de dos buriles que no montaremos. Continuamos por el muro de encima de esa vieja reunión con ligera tendencia hacia la izquierda, hasta llegar a una sabina que da entrada a otra gran cornisa. Unos metros a la izquierda de la sabina, de nuevo en la cara sur, reunión de dos pes expansivas. IV+, 35 metros.
Largo 4: Andando por la repisa hacia la izquierda, descender un pequeño escalón con sabina donde encontraremos una reunión moderna (instalación de rápel) que no montaremos, sino que seguiremos unos pocos metros hasta llegar al espolón oeste, donde existe otra reunión con dos paraboles y un viejo clavo. III, 15 metros. Gestionando bien el roce de las cuerdas, es posible enlazar los largos 3 y 4.
Largo 5: Bonito largo, vertical, aéreo y mantenido en el que de nuevo nos aparecen los paraboles entre los clavos. Reunión en sirga. V, 20 metros.
De aquí a la cima nos queda subir un par de metros ayudándonos de cuerda fija.

Descenso: Desde la última reunión, hacer un rápel de 20 metros por la cara sur hasta llegar a la instalación de la última cornisa. Desde aquí, con cuerdas de 60 metros llegaremos muy justos hasta el suelo aunque es más recomendable tratar de llegar hasta el puente de roca con un fácil péndulo y hacer un rápel más para quitarnos de la vertical y evitar las peligrosas piedras que tiraremos al recoger las cuerdas.
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Rápel del Gómez Laguna
Las siguientes ascensiones no siguieron el itinerario original. La segunda escalada fue realizada el 5 de abril de 1950 por Víctor Carilla, que moriría pocos días después en el Puro, Ángel Serón de nuevo y Julio Hernando. Sobre la nueva vía, la piada no ofrece ningún dato aclaratorio; simplemente se limita a decir que "la ascensión fue efectuada por diferente sitio que la primera vez" -¿quizás por el sur desde lo que más tarde se llamaría "el aborto"?- y sí explica los problemas que tuvieron en el descenso al quedarse las cuerdas enganchadas y verse obligados a destrepar desde el puente de roca hasta el suelo para volver al día siguiente a recoger el material abandonado.

Algo parecido sucede con la vía Directísima (la llamaré directa de 1954 para diferenciarla del resto de entradas y variantes) de Montaner, Orobitg y Rabadá el 19 de marzo de 1954 y que supuso la tercera ascensión. La escueta piada dice "Cordada de Montañeros de Aragón. Ascensión realizada con lluvia y fuerte viento y mucho frío. La subida nos costó 9 horas y la bajada casi otras tantas."



Vía directa de 1954. Ficha técnica:
Largo 1: Ascender al puente de roca que une el Gómez Laguna con la Aguja Roja por el diedro este, coincidiendo con el recorrido habitual para ascender a la Normal de la Aguja Roja. Al situarnos encima del puente de roca, continuar por el muro que lo domina y que está equipado con clavos y parabolts (6a/ Ae) el cual nos deja en una fácil y larga cornisa que se recorre unos pocos metros hacia su derecha. Desde el puente de roca hasta aquí, coincide con la vía Normal. Escalar el breve muro que domina esta cornisa (más fácil cuanto más a la derecha) y escalar un cortísimo diedro hasta llegar a otra cornisa donde existe una reunión con 3 buriles y dos pes expansivas. 6a/Ae, 35 metros. Si no hemos gestionado bien el roce, podemos montar reunión en la sabina que hay a la derecha o en los buriles detrás de ésta y, una vez reunidos, trasladar la reunión a las "pes" haciendo un corto y fácil largo en travesía a la izquierda.
Largo 2: Bonito largo, vertical y mantenido, escalando con cierta tendencia hacia la izquierda donde alternan los clavos con los paraboles. Ya al final, el muro se vuelve menos vertical y la dificultad decrece. Encontraremos una reunión moderna (instalación de rápel) que no montaremos, sino que seguiremos unos pocos metros hasta llegar al espolón oeste, donde existe otra reunión con dos paraboles y un viejo clavo. 6a/Ae, 25 metros.

Último largo del mallo
Largo 3: Coincide con el lago 5 de la vía Normal. Bonito largo, vertical, aéreo y mantenido en el que de nuevo nos aparecen los paraboles entre los clavos. Reunión en sirga. V, 20 metros.
De aquí a la cima nos queda subir un par de metros ayudándonos de cuerda fija.

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El 16 de abril de 1954, en plena Semana Santa, los escaladores catalanes J. Nubiola, J.M. Torras y J.M. Anglada realizan la 4ª ascensión al Gómez Laguna, realizando la primera repetición de la vía normal. Su relato es el siguiente: "Como no conocemos bien esta parte, perdemos bastante tiempo tratando de localizar la "Gómez Laguna", nos encaramamos encima de un puente rocoso que separa dos monolitos y optamos por el más pequeño. En escalada totalmente libre, pues sólo clavamos dos pitones a la salida para superar un desplome, llegamos a la cumbre al cabo de 4 horas y vemos que, efectivamente, estamos en la cumbre de la Aguja "Gómez Laguna" habiendo efectuado la 4ª ascensión. Es una escalada sumamente expuesta debido a la mala calidad de la roca que se suelta muy fácilmente, lo que impide disfrutar a fondo. Bajamos en tres "rappells" casi a obscuras y a las 9 estamos de regreso en el pueblo". Poco después, "Cintero" y de Pablo realizan la 5ª ascensión por la ruta que denominan "vía Puente-Chimenea" -con toda probabilidad, de nuevo la vía original-.

La 6ª escalada al Gomez Laguna fue realizada por Rafael Montaner y José Antonio Bescós de nuevo con apertura, llamando a la vía Cuerviñán Norte, aunque intriga el hecho de que digan que hicieron la 3ª ascensión al Hijo. Si ellos hicieron la 3ª, ¿quién hizo la segunda? ¿Quizás Carilla, Serón y Hernando en la segunda absoluta al mallo? Si es así, ¿qué ruta realizaron desde ahí? ¿había una Cuerviñán sur? El nombre quizás haga referencia al balcón de Cuerviñán en Mezalocha, donde Montaner y Rabadá abrirían más tarde, en 1959, el famoso diedro, pero eso son mis conjeturas. El relato no despeja muchas dudas:
"Cordada del GEMA compuesta por Rafael Montaner y José A. Bescós, haciendo el hijo por la cara norte y bajando por la cara sur, comenzando la escalada al Gómez por la canal existente entre éste y un mallo adherido a esta pared siendo bautizado con el nombre del Aborto. Desde allí por una travesía horizontal descendente hacia la izquierda alcanzamos la tercera repisa, dándole la vuelta al mallo y continuando la vía normal hasta la cima (...) Riglos, 13 de junio de 1956". El 22 de julio de ese mismo año, esta vía vuelve a ser repetida por R. Ligorred, P. Peña, E. Vicente y A. Virgili calificándola de "vía magnífica", pero sólo 3 días después, J. Vicente "Nanin" y Pepe Díaz, que acceden al Aborto por la Chimenea del Zarzal, realizan la siguiente calificación: "Un poco moñudo el paso horizontal". Tan "moñuda" debió de parecer la escalada a Pepe Díaz que junto con Francisco Molina en noviembre de 1956 firma la "1ª variante a la vía Cuerviñán Norte" de la que no aportan ningún dato técnico. Sobre la entrada directa por la cara este y hoy en día impracticable a causa de la vegetación, no he encontrado ni fecha de la apertura ni los autores. La antigua guía de Riglos de Montaner y Orús, no obstante, desaconseja esta escalada sin mencionar la vegetación: "Itinerario poco recomendado por la acusada descomposición de la roca".

En la travesía de la Cuerviñán Norte
En la actualidad, 3 vías se podrían recomendar para quien quiera subir a esta afilada aguja:
La Normal: itinerario sinuoso, pero fácil y evidente. La roca en la cara este no es del todo buena y está comida algo por la vegetación, lo que afea algo la escalada.
La Directa: más elegante que la Normal al no salirse de la cara sur y no hacer tantas travesías, aunque resulta algo más difícil. En términos generales, más recomendable.
La vía de las Ñapas (espolón oeste): Abierta el 28 de marzo de 1970 por F. Monzón, R. Fayos y P. Alcay. Recientemente reequipada.

La escalada desde la cara Norte -llegando a la entosta del Aborto por la chimenea del Zarzal o rapelando desde el Hijo- no es muy recomendable. Las escaladas ni son más directas, ni más rápidas, ni más elegantes, ni mejoran significativamente las características de las vías de la cara sur a la que, de todos modos, hay que volver para ascender a la cima.

Dos notas anecdóticas sobre esta aguja y sus piedras. La primera: existió en tiempos en la cima una piedra enorme a la que Serón hace referencia en la piada de la apertura y que alguien sin otra cosa mejor que hacer empujó al vacío. La segunda: el accidente que sufrió en 1963 el doctor (aunque por entonces no era doctor) José Ramón Morandeira en este mallo y que desde entonces le valió el alias de "Morrofiemo". En el libro que se publicó en Montañeros de Aragón en conmemoración del 75º aniversario de la fundación del club, Morandeira explica el accidente y el origen del mote. Cuelgo aquí un extracto:
"Aquel día había ido a escalar a Riglos en compañía de mi inseparable amigo Luis Gutiérrez: el inefable, auténtico e irrepetible Guti. Madrugamos poco para no variar y se nos hizo tarde. Así que, para no perder el tren, decidimos ir a los mallos pequeños: al Gómez Laguna, detrás del Cored, que aún no lo habíamos hecho. Tras gran subida y bajada por donde no era, cuya dirección técnica asumió al completo el Guti que en estos menesteres era un maestro, llegamos al suelo.  Allí, ya seguros, el Guti permitió que me hiciera cargo de la delicada maniobra técnica de recuperar las cuerdas del rápel. Tiré de una, me pareció que estaba atascada y miré hacia arriba justo a tiempo de recibir en plena boca el impacto de un pedrusco, desprendido desde lo más alto.
¡Ay, ay, ay!, gemía yo con los labios destrozados, escupiendo sangre y trozos de dientes rotos ¡Si es que no te puedo dejar solo!, murmuraba el Guti al tiempo que me daba aire para el mareo y me limpiaba la sangre con un trapo (él lo llamaba pañuelo).
Pasó un buen rato. Deje de sangrar. Me dolía pero, pese al destrozo, no demasiado. Le pedi al Guti que bajara al pueblo y avisara a la Guardia Civil para que subieran a echarnos una mano, pero se nego: antes muerto que mezclado con picoletos; se lo impedía su ancestro gitano. Así que recuperó las cuerdas sin más incidentes, recogió todo en la mochila y tiramos glera abajo. Alcanzamos el camino del pueblo sin mayores problemas y, como yo no podía hablar, lo hacía él, animando: "Desde luego, macho, vaya morro de fiemo tan chungo se te ha quedado, como no comas por el culo lo tienes claro". Así, todo el camino andando hasta el pueblo en plan simpaticote. Aunque, eso sí, tuvo el gesto generoso de llevar todo el peso y me ayudaba cuando había algún mal paso: "No vayas a caerte, te vuelvas carafiemo a más de morrofiemo y me vengan los de tu tribu con historias, que son muy fachas"."

Normal de la Aguja Roja (Riglos). Reseña y croquis.

La historia de la escalada en los mallos pequeños y macizo de los Fils se inicia justo un año después de la importante conquista del Pisón. Francisco Peiré, quien precisamente fue uno de los conquistadores del Pisón y que en esas mismas fechas había abierto la vía que lleva su nombre a la cima del Firé, participa también junto a Á. Serón y T. Sami en la conquista de la cima de la Peña Don Justo el 3 de abril de 1947. Con esa escalada, comienza una frenética actividad de "primeras" en los mallos pequeños, macizo de los Fils y mallos de Agüero, cuyas conquistas son casi sincrónicas; de hecho, el mismo Serón, junto a Millán y Lagüens es quien 10 días después de lograr la Peña Don Justo consigue la Peña Sola de Agüero.

No hay que esperar mucho para registrar otra "primera" en ese mismo año de 1947. El 3 de mayo un nutrido grupo de escaladores del Frente de Juventudes consigue escalar el pequeño mallo Chichín, en apenas un largo de cuerda; con esa modesta conquista que los ascensionistas declaran "magnífica para principiantes" se logra la primera cima de los mallos pequeños, seguida tres semanas después por la escalada más clásica y repetida de los mallos chicos: la Normal de la Aguja Roja.

Por lo curioso que es el texto en cuestión de toponimia, me gustaría transcribir íntegro lo escrito por Francisco Fau en aquellos días. Los tachados son también transcripción exacta del texto original:

"Día 1º de junio. Salimos hacia la cueva Carasol con el fin de escalar el "Pimiento" creyendo que entre la punta de la izquierda (a la que hemos bautizado con el nombre de "Hijo") existía un puente como el que hay entre el "Pimiento" y la "Remolacha" "Aguja Roja" (el de enmedio y derecha respectivamente) pero íbamos subiendo y el "puente" que no aparecía, así es que nos quedamos con las ganas de hacer el "Pimiento", pero al fin y al cabo el "Hijo" es una primera escalada, por lo que no estamos tan disgustados.

(...) Día 4 de junio. Nos dirigimos otra vez a la "Remolacha" "Aguja Roja" pues ha amanecido con sol pero "posiblemente habrá tormenta", nos dijeron, predicción de la que no se equivocaron pues [ilegible] en la cima apenas podíamos estar de pie a causa del fuerte viento.
Iniciamos la escalada a las 10'30 coronando la cima a la 1 sin más incidentes que el haber caído los martillos y el buzón al llegar a una especie de chimenea que hay cerca de la cima. Después de hacer un colosal buzón de piedras y poner una bandera con la camiseta de Serón y [ilegible] el papel de las firmas en mi pañuelo y en una zapatilla bota de escalada iniciamos el descenso, 2 de la tarde, llegando al suelo a las 3'30."
Antiguos nombres del Gómez Laguna y la Aguja Roja
No tardaron mucho las cordadas en repetir esta escalada. Para liar aún más si cabe el lío toponímico del que ha sido, junto al Puro, el mallo de los tres nombres (ver entrada sobre toponimia de la Aguja Roja), la cordada de Guías Montañeros del Frente de Juventudes de Zaragoza que realizó la segunda repetición el 5 de junio de 1947 escribe en el libro de registro: "Queríamos llamarla Peña "Aragón", pero se nos adelantaron los botánicos", en referencia al nombre inicialmente atribuido de la Remolacha. Que hagan referencia a los botánicos me hace pensar que la sustitución del nombre de Remolacha por el de Aguja Roja sea posterior a 1947 y que la piada de Francisco Fau todavía no hubiera sido corregida en el libro de registro. En todo caso y como curiosidad, hubiera sido un caso único y esperpéntico de la existencia de un mallo al que le han atribuido cuatro nombres diferentes.

Como otro documento histórico más, el 14 de octubre de 1951 un joven Alberto Rabadá registra con su firma su primera escalada en Riglos, la que supone ser la 6ª ascensión de la Aguja Roja en el libro de piadas, aprovechando dicha ascensión para dejar el buzón de registro que no pudieron dejar los primeros ascensionistas, aunque dos años después Fernando Cantero y Antonio Virgili avisan que no han encontrado dicho buzón. No me resisto tampoco a enlazar el post que publicó Gregorio Villarig sobre su primera ascensión a la Aguja Roja en la que no pusieron ni un solo clavo. Por cierto, es curioso que al igual que los aperturistas, también tuvieron problemas con sus martillos en la escalada.
3er largo de la Normal de la Aguja Roja
La escalada a la Aguja Roja, originalmente se realizaba subiendo al puente de roca por el diedro-chimenea oeste, mucho más fácil, aunque más largo y hoy en día prácticamente desequipado. La Normal de la Aguja Roja se ha convertido en una gran clásica de iniciación a la escalada riglera, ideal como primera toma de contacto con los bolos. 

Ficha técnica:
Aproximación: desde el parking de los mallos pequeños, junto a la balsa, tomar el camino de San Román (GR-1) que se dirige hacia el macizo de los Fils. La pista en buen estado no tiene permitido el tránsito de vehículos a partir de la balsa.
Cuando estemos situados a la altura entre el mallo Cored y la Aguja Roja, estaremos atentos a un sendero que parte hacia arriba y suele estar indicado con un hito de piedras. Desde ahí, y con precaución de no desviarnos hacia el Cored, rodeamos por la izquierda (oeste) la Aguja Roja y nos internamos por la canal que separa la Aguja Roja del Gómez Laguna, pasando por debajo del puente de roca que une ambos. En el rellano que forma el collado entre ambos mallos, comienza la escalada.

Largo 1: Por el diedro formado entre la pared del Gómez Laguna y el puente de roca, ascender aprovechando alternativamente ambas paredes o la fisura entre las dos hasta situarnos encima del puente de roca. Pasos algo atléticos que nos pueden coger en frío si no se está muy acostumbrado a esta escalada. Cruzar el puente de roca y en la pared de la  Aguja Roja, encontramos la reunión. V, 20 metros.
Rápel en la Aguja Roja
Largo 2: Ascender por terreno fácil en ligera diagonal hacia la izquierda hasta la primera chapa, algo alejada. Continuar en la misma dirección hasta llegar a una grieta (hasta aquí se puede llegar directamente desde el suelo por una variante) y cuando un pequeño techo nos cierra el paso, desviarnos netamente a la derecha a una repisa donde se encuentra la segunda reunión. IV+, 20 metros.

Largo 3: Se trata de seguir hasta el final el claro diedro que domina la reunión. Reunión intermedia de rápel que no hay que montar. Seguir hasta la cima de la entosta que forma el diedro. Reunión en sirga. IV+, 35 metros.

Largo 4: Fácil por terreno evidente y tumbado hasta la cima. Reunión en sirga. IV, 20 metros.

Descenso:
Por la Vía Normal, montando el rápel en todas las reuniones excepto en la primera que se hace en el puente de roca, que no es obligatoria ya que en 35 metros se llega al suelo desde la segunda reunión. 

Mallos de Riglos: recopilación de vías nuevas (de 2000 hasta hoy)

Panorámica de los mallos

Aunque Charlie y los hermanos Cano hicieron hace pocos meses una recopilación de las novedades de Riglos en sus blogs Aragón en Vertical y Paredes del Mundo respectivamente, parece ser que de nuevo conviene actualizar la información debido a la proliferación de nuevas vías y restauración de las antiguas que se están observando en los mallos.

Realmente la cantidad de nuevas vías desde que salió la última guía (ya ha llovido) es más larga, pero he preferido no adelantar reseñas antes de que lo hagan los aperturistas o equipadores y he omitido voluntariamente los reequipamientos realizados (espolón Arrabal, Torrijos, normal del Cored, vía del Pájaro, Cintero al Puro, directa a la Visera, José Antonio Sanz...). En su día (2002) Felipe Guinda ya publicó las actualizaciones de su guía, con nuevas vías y reequipamientos realizados hasta la fecha.

Éste es el listado de aperturas en los últimos años:

Mallo Firé:
El abuelo Roger. 7b (6b/A0). Fernando Cobo y compañeros.
Maudite Aphrodite. 6c/A1. C. Ravier
Dos hombres y un bombón. ED/A2+. A. Ballart, R. Brescó, S. Casas.
Esteban de Pablo. 6a. Á. López "Cintero" y F. Orús.
Ernesto Navarro. 6a. T. Carasol y G. Villarig.

Mallo Castilla:
Kalachakra de roca. ED 7a. C. Ravier y J.C. Griso

Mallo Pisón:
Catalanes a la sombra. ED/A2+. Armand Ballart y Jaume Clotet
Principau de Asturies. 7b+ (6c/A0).Edu González
Vía del Bunny. ED-/A3. T. Carasol y A. Ballart
Misión cumplida. 7a+ (6b/A1) Edu González.
Sin chapas y a lo loco. A5/V. David Palmada "Pelut" y Jaume Clotet "Paca"


El Puro:
Directa a la Norte. 6b. A. Gª Picazo.

Mallo Cuchillo:
Vía de las madres. 6b. F. Cobo

Mallo Frechín: 
Currucuclillo. 6a. Curru (Gracias a jonbaine por el enlace)
Aires del Sur. 6c+. J.J. Cano y L. Rico

La Visera:
Buitre Blanco. Proyecto. J.J. Cano y A. Rodríguez
Popeye. 7c. Toño Carasol.
Zuzen. 7b.

Mallo del Agua:
Domingo en BamakoUn nuevo camino para coger tomillo) (. 6b+ (6a+/A0). Christian Ravier


Mallo Colorado: 
Vía de la amistad.

Exea. 6a/Ae. L. Royo y J. Benedé
María. 7a. 
Martola. 6a+
Carla. 6a. F. Guinda
Los kilos te sientan bien. V+. F. Guinda
Colorín Colorado. 6a


Mallo Herrera:
Espolón Dormilón. V+. A. Ballart y S. Casas

Mallo Magdalena:
Arista Sur. V. G. Villarig y J. Yarza

Mallo Ángel López (mallo Pegao, petoste del Magdalena):
Cara Sur. V. G. Villarig y J. Yarza

Mallo de la Canal:
Cara Sur. V. G. Villarig y J. Yarza.
Cara Norte. ¿Grado?. G. Villarig y J. Yarza.

Aguja Virgili:
Cara Sur. G. Villarig y J. Yarza.

Aguja Lázaro:
Cara Sur. V. A. García-Izquierdo y G. Villarig

Mallo Carilla:
Cara Norte. V+. G. Villarig y J. Yarza


Mallo Cored: 
Jesús Yarza. V. G. Villarig y J. Yarza
Teresa Alegre. 6a. G. Villarig y J. Yarza
Espolón Naranja. Ae. G. Villarig y J. Yarza

Edito sobre el mallo Cored: me corrige Jesús Yarza sobre mi comentario (ya borrado) en el que yo dudaba de los grados propuestos por los aperturistas, haciéndome ver que en realidad escalé la vía Teresa Alegre en vez de la vía Jesús Yarza, como yo creía erróneamente: "La Jesús Yarza tiene un V en el segundo largo. Donde sí hay un 6a es en la Teresa Alegre".

Vía del Suizo - Aguja Roja
Mallo Corona:
Cara Este. VI/A0. G.Villarig y J.Yarza

Aguja Roja:
Lucía. 6b+. F. Cobo.
Exocet. 6a+
Vía del Suizo, V+ A1, J. Ascaso y P. Expósito
Buenaventura. 6b, J. Plaza, K. Royo y D. Latorre

Peña don Justo:
Alba Villarig. VI/A1. G. Villarig, T. Carasol, Á. López "Cintero"

El tornillo:
Espolón Sol y Sombra. G. Villarig y J. Yarza

Os Fils:
El Destomillador,  6b+. M. Elías, C. Ravier

Serón - Millán (Mallo Pisón - Riglos): Reseña y croquis

Ubicación del pie de vía: tomar como referencia la marcada chimenea a la derecha del Puro por la que discurre la vía y situarse en la vertical, bajo un pequeño árbol que se encuentra a 30 metros del suelo al nivel de la segunda reunión. Desde ahí, seguir remontando la cuesta a pie de vía unos 10 metros, junto a un muro gris bajo un visible nicho horizontal alargado a 7 metros del suelo.

L1: Escalar fácilmente el muro hasta llegar al nicho a 7 metros del suelo, que se recorre de derecha a izquierda en su totalidad. Recomendable proteger la salida del nicho (C4 #1 (Camalot rojo), el siguiente parabolt está cerca, pero el suelo también). Escalar el muro (V) hasta una repisa y atravesarla hacia la izquierda atravesando dos nichos. A la salida del segundo, arriba, está la reunión.

L2: Superar la panza (6a+) que domina la reunión por su izquierda y escalar con ligera tendencia a la derecha hasta alcanzar un nuevo nicho, del que saldremos hacia arriba por su izquierda para alcanzar fácilmente "el trono", repisa de la segunda reunión.

L3: Comenzar por un corto diedro encima de la reunión y salir de él (V+) con tendencia a la izquierda hacia otro diedro poco marcado. Por terreno muy fácil pero expuesto (un solo puente de roca en 10 metros) alcanzar un parabolt que marca el comienzo de la diagonal hacia la derecha que, buscando los pasos más fáciles, nos lleva a la reunión.

L4: Escalar el muro a la izquierda de la marcada fisura situada encima de la reunión y, una vez superada, seguir fácilmente por un muro hasta llegar a la cueva (vivac en la primera ascensión). Superar trabajosamente el techo (6b/A0) y tras un corto paso de diedro (recomendable proteger) llegar a la reunión.

L5: Seguir sin problemas por el diedro, con atención a la pésima roca del muro de la derecha. Llegar a la cueva -más fácil de lo que parece desde abajo- protegida con un clavo y un puente de roca (V+) y al llegar a las cornisas herbosas y terrosas de debajo del collado del Puro, desplazarse a la derecha bajo la chimenea en busca de la reunión. Posibilidad de enlazar L4 + L5 (53 metros).

L6: Superar el corto muro situado encima de la reunión y por un corto diedro (IV+), entrar en la reunión a la que llegan los que vienen desde el collado del Puro.

Paso de hombros. Rabadá sobre Montaner
L7: Comenzar por el profundo diedro hasta la panza que lo cierra (V+) bien visible desde la reunión. Tras superarla, continuar en la misma tónica y al llegar a una entosta en forma de cuña, desplazarse a la derecha de esta cuña, encontrando inmediatamente la reunión. Posibilidad de enlazar L6 + L7.

L8: Fácil largo (IV+) en el que el diedro definitivamente se convierte en chimenea avanzando fácilmente en X gracias a la cercanía de las paredes y al tamaño generoso de las presas.

L9: Largo muy corto (IV+) con las mismas características que el anterior. Posibilidad de enlazar L8 + L9.

L10: La chimenea se va cerrando (V) hasta terminar convirtiéndose de nuevo en diedro. Reunión a la izquierda en la cornisa "edílica" (vivac en la primera ascensión) utilizada antes del reequipamiento para terminar por el escaqueo de la izquierda, pero con el primer seguro un poco alejado si vamos a seguir por la vía original.

L11: Seguir por el diedro aprovechando la fisura y las presas del muro de la izquierda (6a) hasta que se pierde verticalidad progresivamente y se alcanzan las primeras sabinas de la cima. Ultima reunión con dos paraboles sin argolla a la derecha de la segunda gran sabina en terreno ya definitivamente tumbado. Posibilidad de enlazar L10 + L11 (55 metros). Cima.
En la cornisa "edílica". Último vivac

Pasos clave
1er largo. Muro a la salida del 1er nicho. Roca descompuesta en los nichos.
2º largo. Panza de salida de la reunión. Paso fino, pero excelentemente asegurado. Roca descompuesta en el nicho.
3er largo. Tras el cuarto seguro (buen puente de roca) hay varios metros de escalada fácil sin ningún seguro hasta llegar al parabolt. Posibilidad de proteger el paso con el Camalot #0.5 (morado).
4º largo. Cueva del vivac. Salida dura en libre, sin problemas en artificial.
5º largo. Roca descompuesta en el muro de la derecha. Cueva con salida algo exigente.
7º largo. Panza que cierra el diedro.
11º largo. Diedro final con algún paso exigente.

Ver descenso del Pisón.


Los motivos del reequipamiento de la parte inferior:

Ver historia de la apertura.

Pasaban los años y eran escasísimas las cordadas que se aventuraban a subir la Serón-Millán sin atravesar desde el collado del Puro y quienes lo hacían, la mayor parte de las veces terminaban rapelando desde la primera o segunda reunión. Muestra de estos abandonos era la acumulación de cordinos, buriles y clavos en las primeras reuniones, llegando a encontrarse en "el trono" una unión de diversos anclajes que sumaban dos metros de extremo a extremo... y ésta era sólo una de las tres reuniones similares que entre la "cicatriz" y el "trono" existían.
Parte del material retirado de la vía tras el reequipamiento
Hace unos años (por la fecha que pone en los clavos colocados como químicos, fue probablemente en el año 2002) los Grupos de Montaña de la Guardia Civil reequiparon la chimenea, dejando involuntaria y definitivamente condenada al olvido la parte inferior con su acumulación de material arcaico e inútil para su función. Ese reequipamiento de la parte superior atrajo consecuentemente a más escaladores a realizar la chimenea de la Serón-Millán que, a falta de otro itinerario más seguro, accedían a este tramo superior a través de la Normal del Puro. La consecuencia de ese reequipamiento "a medias" de una vía se hizo evidente a los pocos meses: las típicas aglomeraciones en la Cueva del Puro, uno de los puntos más conflictivos de Riglos en lo que a masificación se refiere, se agravaron y el pandemónium de escaladores que subían, que bajaban y que se quedaban bloqueados en el desplome de la cueva llegó a formar escenas muy curiosas.

El actual reequipamiento de la parte inferior -restauración, habría que decir- se llevó bajo el más estricto seguimiento a la ética de los reequipamientos, respetando la personalidad de la vía tanto en lo referente a su itinerario, como al número de seguros emplazados: la restauración se realizó con el permiso de Cintero, realizada desde abajo y sustituyendo seguros viejos por nuevos, llevado esto último a cabo sin añadir mayor número de anclajes que los que ya existían; aún diría más, ahora hay menos anclajes de los que había en un principio al eliminar la sobreacumulación de buriles en las reuniones. Sólo se ha modificado mínimamente el emplazamiento de los anclajes fijos en unos pocos casos para evitar rozamiento innecesario y evitar las cornisas en las caídas. De la inutilidad real del material encontrado se podría hablar largo y tendido, pero pondré sólo tres ejemplos:
1.- buril que salta en el muro del primer largo haciendo una suave palanca
2.- clavo retorcido que se parte al principio del tercer largo al primer intento de extraerlo
3.- clavo que salta en el nicho del segundo largo con la tensión producida en la cuerda por una caída ¡¡del segundo de cordada!!

Toda esta explicación viene a cuento porque, tras obtener el permiso de Cintero en 2009, la noticia corrió de boca en boca entre los veteranos y dicha restauración despertó muchas dudas en escaladores a los que tengo mucho aprecio: Villarig en su blog y Jesús Bernal en el comentario a ese mismo post no veían clara la necesidad de reequipar la vía y abogaban por dejarla como estaba.

Tercer largo
Séptimo largo
Comentario de Gregorio Villarig: (...) No obstante, hay que decir que es curioso, que esta combinación de subir la vía normal del Puro y continuar por la chimenea de la Serón-Millán se haya quedado con la denominación de “Serón-Millán”. La genuina la hicieron el 20, 21 y 22 de Junio de 1957, Rabadá, López, Montaner y Díaz. Y se trazó al aplomo de la chimenea, menos las dos primeras tiradas, comenzando casi en las cuevas de la Virgen y derivando luego hacia la izquierda a la busca de unos diedros en dirección a la chimenea. De su dificultad habla alguien tan poco sospechoso como “el Bunny” en su libro Verticualidad, que dice más o menos, en aquellos años, no se había hecho nada parecido ni al norte ni al sur de los Pirineos y, si acaso, quizás alguna equiparable en Dolomitas.
Pero quiso la necesidad o la urgencia de aquellos viajes “relámpago” en moto que hacían Anglada y compañeros a Riglos, que optaron por aquella combinación por el collado del Puro y así hacer posible llegar el sábado, escalar el domingo y volver esa misma noche a Barcelona. Así lo hicieron Anglada y Guillamón, al año siguiente o sea en 1958 y yo mismo con Navarro en 1959, que aunque Zaragoza estaba más cerca, los horarios del tren eran aún más restrictivos que los de las motos. Hay que esperar tres años más, o sea 1962, para que Colomer y Mas hagan la tercera combinación y hasta 1965 para que Ursi e Ibarzo hagan la primera repetición de la vía completa, ocho años después. Este mismo año se repite otra vez por el collado.

En fin, que esta “combinación” de escalada aérea y rápida deviene en clásica, mientras la original se ha hecho muy pocas veces y quedado casi en el olvido, ayudada por la dificultad propiciada por la mala roca y su desequipación. Me llega el rumor de que piensan equiparla; no estoy seguro de que sea una buena idea, tal como está puede seguir siendo terreno de aventura para quienes lo quieran así y para osados o coleccionistas. Mientras que vías paraboleadas ya son muchísimas.Si se queda como está, en la memoria colectiva seguirá siendo, “la parte de abajo de la Serón-Millán”.Y si se prepara, pasará a ser otra vía más.


Y el comentario de Jesús Bernal: sería una putada que arreglaran esa parte inferior para deportiva; creo que ya hay bastantes vías deportivas y al final no quedará nada escalable tradicional.
Yo repetí esa parte inferior hace treinta y tantos años y me lo pase de puta madre, ocho horas para subir setenta u ochenta metros. Sudores, terror, esfuerzo salvaje, un vivac en una cornisa a setenta metros del suelo, vivencias que a nadie interesan ahora pero que a mi me gusta recordar.
Es otra forma de escalada, con altísimo riesgo, que pienso no debería desaparecer, hay pared para todo y para todos, no jodamos ni desvirtuemos las paredes míticas que han hecho progresar esta actividad.
Los chavales actuales suben por sitios increíbles, enhorabuena, pero también deben respetar lo que hicimos las generaciones anteriores.
Si el espolón del Fire, más o menos se ha respetado en su concepción original, respetemos también algunas vías como ésta, la vía de Verano, etc.
Los tiempos cambian y en cada época la gente que utiliza las paredes es la que decide, pero creo que hay una serie de cosas que deberían conservarse, aunque sólo sea como arqueología.
Bueno, ya no me enrollo más, pero yo nunca podría haber subido por las directas de la Visera en libre, no me dan los brazos para tanto, y nunca se me ha ocurrido ir a coserlas de buriles, tipo la antigua Carnavalada, para darme el gustazo de pasar por allí.

Un poco de respeto con lo que se ha hecho anteriormente no vendrá nunca mal, aunque sea sólo en sitios muy puntuales.
Quinto largo

Ubicación original de ambos testimonios en el blog de Gregorio Villarig.

También Pepe Díaz, aunque de esto nos enteraríamos después, manifestó en el Anuario 2009-10 de Montañeros de Aragón su disconformidad por el "reequipamiento deportivo" de la vía y porque nadie le había consultado. Personalmente, esta doble crítica me dolió de manera muy particular. Al obtener el permiso de Cintero -junto a Rabadá, el impulsor de la apertura- dimos por hecho que Pepe Díaz, quien no se manifestó en contra cuando se realizó el reequipamiento de la parte superior, también estaba de acuerdo. Por otro lado, definir como "deportiva" la sustitución de anclajes viejos por nuevos, nos pareció tan injusto como erróneo.

La vía en absoluto ha quedado en "concepción deportiva" y sería un error afrontarla como tal; tras el reequipamiento de la parte superior era necesario hacer lo propio en la parte inferior, ya que se quedó una vía completamente desvirtuada en su conjunto y olvidada en su parte más difícil y meritoria, llegando a darse el caso de que mucha gente desconocía la existencia de esa mitad inferior de la Serón-Millán. Desde que los aperturistas abrieron la vía, muchos escaladores fueron dejando material a lo largo de su recorrido cuando no se fiaban de la resistencia de aquello que encontraban ya puesto, siendo en su momento material fiable, pero que con la corrosión y el paso del tiempo han dejado de ser eficaces para detener una caída o, en algún caso como los ya relatados, incluso para sostener el peso de una persona. La acumulación de "ferralla" y cordinos, especialmente numerosa en las reuniones, era escandalosa a la vez que poco útil. Quien colocara en su día esos anclajes lo hizo para que le aguantara una hipotética caída y hoy en día, en buena parte, ese material ya no cumplía con su función.
Serón-Millán. Itinerario integral
Tras el tercer día de reequipamiento, en el que se llegó al nivel de la base del Puro, se dejaron cuerdas fijas entre la primera y tercera reunión para facilitar el trabajo que quedaba por hacer. Aunque el reequipamiento nunca se llevó en secreto, la evidencia de las cuerdas ponía de relieve que se estaba trabajando en el itinerario y fueron varias las cordadas que se lanzaron a escalar la vía, casi todas bajándose al llegar a la última reunión equipada, con excepción de la cordada formada por Toño Carasol y Gregorio Villarig que continuaron también por terreno sin reequipar hasta el collado del Puro.

En la Semana Santa, una cordada de croatas que escalaba el tercer largo sufre un accidente. Un bolo que se desprende provoca una tremenda caída de unos 15 metros del primero de cordada detenida por el puente de roca y sin consecuencias demasiado graves para lo que podía haber pasado. La mejoría del tiempo en abril hace que la gente se arremoline en la base de la vía y son varias las piedras que caen muy cerca de los curiosos. Definitivamente, parece ser que la tranquilidad con la que se trabajaba las primeras veces, no se va a repetir hasta que no vuelva el frío.

Montaner, "Cintero", Rabadá y Díaz
Todo esto hace que la ética de la apertura se deje con rabia a un lado y los reequipadores van a lo práctico y rápido, accediendo a los dos siguientes largos (cuarto y quinto) desde el collado del Puro, pero manteniendo el criterio de perforar sólo para sustituir aquellos anclajes o buriles que no aguantarían una hipotética caída, quedando en definitiva una escalada muy exigente y en ocasiones expuesta, por lo que se recomienda a quien vaya a repetirla que conozca suficientemente la roca riglera, así como que tenga suficientemente consolidado el grado obligado (V/V+) y controle bien el aspecto psicológico de una escalada de estas características.

Espero que este trabajo sirva para que quien recorra estos muros admire el buen hacer y la valentía de los cuatro excepcionales aperturistas: Rafael Montaner, Ángel López "Cintero", Alberto Rabadá y Pepe Díaz.


Para terminar, aquí tenéis el enlace a la noticia en Barrabes tomada a partir de este artículo, con reseñas de Felipe Guinda.

Serón - Millán al mallo Pisón - Riglos (1ª parte)

Ángel Serón y Fernando Millán
Escalada de la Serón - Millán: reseña y croquis.

Ángel Serón es considerado unánimemente el padre de la escalada en Aragón. Apodado "el Flecha", no por su marcada ideología falangista como habitualmente se cree sino por su costumbre de bajar esquiando sin girar y a alta velocidad, fue voluntario de la División Azul que combatió con los nazis contra la URSS y a su regreso de la Segunda Guerra Mundial se dedicó a otras conquistas más loables a los ojos actuales. En una época en la que no se le encontraba ninguna explicación lógica a aquello de subir paredes, Serón logró con diferentes compañeros algunas de las cumbres más emblemáticas que quedaban por ser ascendidas. La Aguja Roja, el Gómez Laguna, las puntas No Importa y Montolar del Firé o la Peña de don Justo en Riglos así como el Cabezón de Mosén Pedro de Agüero son algunas de sus "primeras" conseguidas, aunque sin duda fue la ascensión a la Peña Sola de Agüero la que le llevó al reconocimiento como pionero de las generaciones posteriores. También realizó importantes primeras repeticiones como la normal del Pisón y la Pany-Haus, al igual que loables intentos de primeras, como la del Huevo de San Cosme o el Puro en Riglos. Aunque formó cordada con otros escaladores como Fau, Laguéns y Martí (Chichín), es su cordada con Fernando Millán la que más ha perdurado en la memoria colectiva, dejando sin aparente continuidad la hegemonía en la escalada aragonesa cuando la cordada abandonó sus actividades tras la muerte de Carilla.
Serón-Millán. Reseña original
Pero sí que se produjo una continuidad. Herederos de su espíritu aperturista fueron sin duda Rabadá y "Cintero", quienes en los siguientes años pasaron rápidamente a la historia por sus realizaciones y en 1956 trataron de trazar un itinerario rectilíneo en la vistosa cara oeste del Pisón, aprovechando la única debilidad en forma de fisura que, junto al Puro, se alzaba hasta la cima. En aquella ocasión, la malísima calidad de la roca en los primeros largos provocó una caída pendular de Cintero sin consecuencias demasiado graves, pero que pospuso la escalada para mejor ocasión. La apertura un año después de la Ravier del Tozal del Mallo vino a alterar el hasta entonces apacible monopolio aragonés en lo que a vías nuevas se refería, sobre todo desde que Panyella marchara de Riglos jurando no volver. Los aragoneses se dieron cuenta de que los proyectos se los llevaba el más rápido en completarlos, de manera que tras unos años de relativa relajación, las prisas volvieron a aparecer por ser los primeros en escalar las vías pendientes.

Rabadá en un paso de hombros
Sobre el desarrollo de la escalada y algunos datos curiosos como el exilio de don Justo o el accidente de Juanito Oyarzabal, ya se publicó un artículo en Barrabes, así que no voy a redundar sobre los mismos datos. Simplemente comentar que las amistosas discusiones entre las dos facciones de la cordada por el itinerario a seguir en la parte inferior, les llevaron a diferenciarse en la píada entre las derechas -Alberto Rabadá y Ángel López "Cintero", tendentes a seguir derecho el camino vertical- y las izquierdas -Rafael Montaner y Pepe Díaz, que eran más partidarios de evitar con travesías los pasos más expuestos y complicados-. Transcribo la reseña:

19ª Escalada al Mallo Pisón. 
1ª por la cara Oeste - vía Serón y Millán.
Realizamos esta escalada el 20, 21 y 22 de junio de 1957, la cordada formada por Juan José Díaz y Rafael Montaner en representación de las izquierdas y Ángel López y Alberto Rabadá por las derechas, todos del G.E.M.A. y Ángel también del F.J.
La vía empieza poco más a la izquierda de las Cuevas de la Virgen, siguiendo unos metros verticalmente. Después se sigue a la izquierda hasta unas cuevas o nichos pequeños y de ahí continúa por la canal-chimenea o lo que sea hasta el collado del Puro. Desde aquí se se sigue por la fisura hasta la cima.
Horas de escalada 29 y dos vivacs, clavijas 50.
Itinerario extremadamente difícil y largo.
Rafael Montaner -Juan José Díaz - Ángel López (Cintero) - Alberto Rabadá

No hubo discusiones sin embargo con el nombre que darían a la vía: Serón - Millán, como homenaje a sus maestros, les pareció adecuado a los componentes de las "izquierdas" y las "derechas" de la cordada.

Piada 1ª repetición desde el Puro
Al año siguiente, Anglada y Guillamón realizan la variante catalana de acceso desde el collado del Puro, lo que les genera multitud de críticas por escaquear la terrible parte inferior de la vía. Sin embargo, en los siguientes años y debido a la gran dificultad y escasa calidad de la roca en la parte inferior, nadie parece capaz de entrar por la vía original desde el suelo y todas las repeticiones se realizan llegando desde la normal del Puro.

Piada primera repetición integral
Tuvieron que pasar varios años para que alguien volviera a subir por esa vía desde el suelo, siendo una vez más la grandísima cordada formada por Ursi Abajo y Jesús Ibarzo la que logra la hazaña. La vía no es repetida exactamente por el itinerario original en sus primeros largos, sino que inauguran el recorrido que también escalaron las escasas cordadas que siguieron sus pasos; se trata de recorrer en horizontal la fácil pero rota cornisa que nos deja en la vertical del "trono", mientras que la vía original se elevaba recto desde el primer nicho para alcanzar "la cicatriz" y desde ahí atravesar en una peligrosa travesía descendente hasta "el trono". Nótese en esta microtoponimia que el término "cicatriz" se empleó más adelante también en el espolón del Firé y la Oeste del Naranjo, al igual que "el trono" también designa al famoso y enorme balcón de la Mosquitos en la Visera.

Intento de descenso por la Serón-Millán
Así pues, ocho años después de la apertura se conseguía la primera repetición integral de la escalada, pero un dato bastante desconocido es que, antes de aquello, otros escaladores volvieron a recorrer esa vía, aunque esta vez en sentido descendente. El siempre incómodo regreso de la cima del Pisón tanto por el olvidado retorno del macizo que exige dejar cuerdas fijas, como por los Volaos, como por el Circo de Verano, seguía llevando a los escaladores a buscar un descenso cómodo, rápido y seguro, y Rabadá se fijó en la que fue su única apertura en el Pisón para esa función. Desgraciadamente, aquel intento de descenso por parte de Alberto Pérez "el sastre" y Alberto Rabadá "el desastre", quedó sin concluir por la imposibilidad de recuperar las cuerdas. El frío de finales de noviembre les obliga a volver a la cima e improvisar una hoguera.

Continuará...
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